MAMITIS: Dícese de esta etapa en el desarrollo de tus hijos en la que ducharte sin que nadie de golpes en la mámpara produce el mismo nivel de placer y bienestar que un fin de semana en un SPA.
¡La mamitis! Qué etapa tan mágica y tan agotadora a la vez. En realidad, si lo piensas es esa etapa en la que absorben de ti tanto para que les impulses a conocer el mundo con positividad y confianza. Dura unos poquitos años, sin embargo la hijitis es más aguda y dura toda la vida.
¿QUÉ ES LA MAMITIS?
A mí la palabra en sí me produce bastante rechazo porque ya parece que tiene una connotación negativa integrada por el adulto que piensa que se crea una dependencia del bebé hacia la mamá tóxica para ambos.
Este tipo de creencias, se han instaurado durante años y son las que impulsan herramientas conductistas y que denotan poco conocimiento sobre el desarrollo humano.
La mamitis es esa etapa en el desarrollo de nuestros hijos, en la que no les valen otros brazos que no sean los de mamá, no quiere dormir con nadie que no sea mamá, no quieren calmarse si no es con la presencia de mamá. Necesitan a mamá.
¿CUÁNDO SE DA LA MAMITIS?
En realidad desde que nacen. Sin embargo, se acentúa más hacia los 8 meses de vida. En ese momento se produce un hito muy importante en su desarrollo: comienza a desplazarse por sí mismos. Esa separación les hace conscientes de su individualidad por primera vez. Hasta ese momento ni siquieran se conciben como seres individuales diferentes a la mamá.
Puede prolongarse hasta los tres años de vida o más a un nivel intenso. Lo cierto es que la mamá, de forma natural, suele ser la principal figura de apego del bebé hasta los seis años de vida.
Cualquier cambio en las circunstancias o entorno del niño puede acentuar esa necesidad de sentirse seguro y tener a la mamá más cerca. También sus propios cambios internos le generan inseguridad: caminar, hablar... Por eso, hay etapas en las que de pronto vemos que nos necesitan de nuevo mucho más.
¿SIGNIFICA ESO QUE QUIEREN MENOS AL PAPÁ O A OTRAS FIGURAS DE SU ENTORNO CERCANO?
Para nada. El amor puede ser igual de intenso, sin embargo la mamá es como el puerto para el barco. Es hogar, es seguridad. La mamá, por ser hogar ya en la anterior etapa prenatal constituye un punto de referencia para el bebé: por su olor, por su voz, por los latidos de su corazón, temperatura...
Al nacer, los bebés pasan a un medio completamente diferente al que han experimentado hasta entonces. Lo único conocido en ese medio tan diferente a lo que han vivido en el útero es la mamá, que trae consigo un montón de experiencias familiares que aportan seguridad y confianza: mamá, con su sola presencia ya transmite un mensaje de seguridad, confianza y amor. Si además, hay contacto y miradas se alimenta el alma.
La mamá es, por tanto, de forma habitual y natural, un trampolín para establecer vínculo con otras personas, seres y objetos de su nuevo medio. Es como el eslabón de enlace. Como ese amigo que te invita a una fiesta en la que no conoces a nadie, te aferras a él para conocer al resto de personas.
¿LA MAMITIS ES NEGATIVA?
En absoluto. La naturaleza nos dota de ese vínculo, precisamente para que adaptarnos al medio sea más fácil. Imagina que tuvieses que recorrer un bosque de noche. ¿Verdad que sería más sencillo recorrerlo con una persona que te hace sentir protegido y seguro?
La mamitis es natural y es positiva. Ayuda al niño a socializar, le ayuda a calibrar lo que le rodea. La mamá es la referencia. Le ayuda con su autonomía: la presencia de la mamá le da seguridad para explorar con confianza.
Gracias a esa seguridad el niño va evolucionando a nivel psíquico y va abriéndose a conocer el mundo con positividad.
¿Y UN NIÑO NO PUEDE TENER PAPITIS?
¡Claro que puede tenerla! A veces, por la predisposición al juego del adulto, por el contacto, por las circunstancias del entorno o del propio niño se afianza un vínculo tan fuerte o más que el que tiene con la mamá, no es lo más habitual, pero también ocurre. Esto no es negativo. Debemos alegrarnos de que el niño establezca un apego seguro y encuentre esa conexión que le ayudará en su desarrollo. Con el tiempo, la figura principal puede cambiar, sobre todo a partir de los 6 años.
¿Y SI ME ENCUENTRO AGOTADA?
¡¡Lo extraordinario sería que no lo estuvieses!! Hay niños que absorben más que otros en esta etapa. NO podemos generalizar. Cada familia y cada niño es un mundo, pero lo cierto es que todos necesitan mucho de nuestro tiempo y de nuestro espacio en estos primeros años de vida.
A veces, ante el agotamiento, comenzamos a pensar que quizá está demasiado enmadrado y eso le está obstaculizando. Se nos despiertan miedos que nos hacen pensar que depende demasiado de nosotros y caemos en la sobreprotección o bien pasamos al extremo contrario: forzamos separaciones con tal de que deje de necesitarnos tanto.
La mamitis solo es negativa cuando nosotros, como adultos, la vivimos como algo negativo. Porque entonces desnaturalizamos ese vínculo, esa unión. El niño se siente excluido y empieza a desarrollar comportamientos para conseguir volver a tener el vínculo, a pertenecer.
- Eres un ser humano y no debes sentirte culpable por querer tu espacio, tu tiempo.
- Puedes empezar por delegar tareas de la casa (comidas, limpieza, plancha...)
- Fomenta el vínculo con el otro progenitor y las personas más cercanas a través del juego, con tu presencia. Ve soltando poquito a poco.
- Haz separaciones progresivas y cortas.
- Despídete siempre del bebé de forma concreta (volveré después de comer), positivas y cariñosas.
- Busca tus momentos de autocuidado: sola o con tu bebé. El autocuidado puede ser un paseo por la naturaleza, un baño tranquilo...
- Hay asesorías de una hora de duración: para consultas más concretas
- Asesorías de tres horas: para consultas que requieren de un seguimiento y acompañamiento en el tiempo.
- Asesorías de seis horas: para tratar temas más profundos que requieren un trabajo más amplio. Te acompañaré en todo el proceso.
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