Cuando chantajeamos a un niño, cuando le premiamos o le decimos lo bueno que es, lo bien que hace todo y lo que nos gusta su comportamiento, en realidad, vamos cargados de buenas intenciones.
¿Alguien podría pensar que una abuela dando una piruleta a un nieto y diciéndole lo bien que lo hace todo tiene malas intenciones con respecto al niño?
El adulto quiere expresar afecto, quiere motivar, quiere redirigir la conducta hacia algo positivo y constructivo... Estas son las expectativas del adulto, claro. La realidad es que todas estas palabras caen en el niño como losas. ¡Qué bien te portas! ¡Qué bueno eres! ¡Cómo obedeces de bien a mamá!
¿Y cuándo me porto mal? Recibo castigos, gritos, amenazas...
¿Qué interpreto como niño? Que mi familia sólo me quiere cuando me porto bien. Así de simple.
¿CÓMO SE MOTIVA UN NIÑO DE MANERA NATURAL?
La motivación en el niño, un ser que se está desarrollando, no ha de venir de fuera. La motivación viene de dentro. El niño no ha de querer limpiar para obtener un sello, una pegatina o una carita sonriente. El niño quiere limpiar porque le gusta ver el agua, el movimiento, le gusta hacer cosas útiles por su entorno.
¡Somos aún desconocedores de la naturaleza del niño! Ya lo eramos hace cien años. Cuando la Dra. Montessori desarrolló su método, y seguimos siéndolo hoy, en pleno siglo XXI.
Los padres aún no saben que la mejor forma de motivar y alentar al niño es precisamente NO hacer. Dejar que el niño haga sin interrumpirle y confiar en él, proporcionándole un ambiente preparado ordenado y accesible que le permita hacer trabajos interesantes.
A nivel emocional, nuestro papel, como adultos, es hacer sentir querido al niño incondicionalmente. El amor se expresa no sólo con besos y abrazos, el amor se expresa también haciéndole sentir parte de la familia, haciéndole sentir útil e integrado, el amor se expresa en forma de tiempo de calidad.
Los premios y castigos dan el mensaje al niño de que nuestro amor hacia él depende de su comportamiento, y ante los errores, el niño cada vez se va siento peor. La frustración, el sentimiento de venganza, la ira y la falta de autoestima le llevan a "comportarse cada vez peor".
Yo misma he usado premios y castigos, lo reconozco. Además, siendo consciente de su carácter destructivo. ¡Sí! He dicho destructivo, porque destruyen la naturaleza del niño. ¿Por qué? Por las prisas, por los agobios, por no estar bien, en un momento dado, conmigo misma y no poder responder de forma integrada ante las dificultades que presenta la crianza. Situaciones de tensión, falta de equilibrio entre sus necesidades y las mías, cansancio... Y sobre todo, sobre todo, porque soy humana, y también me equivoco, y aprendo de ello.
10 FORMAS DE ALENTAR SIN PREMIOS, CASTIGOS NI CHANTAJES
- Hacer planes semanales con el niño que supongan tiempo en exclusiva de calidad. No hace falta que sea algo fuera de lo normal, lo que se pueda, cuando se pueda, pero algo.
- Invitarle a hacer trabajos de cuidado personal sólo: ponerse el pantalón, limpiar sus zapatos...
- Hablarle sobre sus logros: En lugar de decir "Quedan 5 minutos para irte de casa y todavía está a medio vestir". vamos a enfocarnos en lo que sí se ha puesto. "¡Vaya! ¡Veo que ya te has puesto los calcetines y las braguitas! ¡Te queda ya muy poquito para terminar!"
- Invitarle a que nos ayude en cualquier tarea que estemos haciendo en casa. Si estamos haciendo la cena ¿Quieres subirte a esa silla y te encargas de lavar esta fruta?
- Ante un conflicto o rabieta. Expresar nuestra comprensión y nuestro amor. Te quiero y entiendo que estés enfadado.
- Ante un día torcido en casa, olvídate di ir "por las malas". Respira y busca conectar con el niño. Hazle una broma inesperada que le haga reír.
- Hablarle sobre su esfuerzo: "Esto te ha debido de costar mucho trabajo"
- Una forma de motivarle a cooperar es integrarle en la búsqueda de soluciones a los problemas. Sentaros en un círculo y pasad el turno de palabra "¿Qué podemos hacer para solucionar esto?"
- Pídele que te muestre cómo hacer algo que él ya conoce.
- Agradécele cuando tenga un gesto bonito contigo o te haga un favor.
Es curiosa nuestra forma de motivar poniendo un sello cuando hace un dibujo como le hemos dicho y luego le impedimos que se sienta útil llevando un simple vaso de agua.
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Comparto contigo lo que dices. No obstante... qué difícil es!!
ResponderEliminarMuy difícil, principalmente cuando uno ha sido criado así, no sólo en la casa sino en la misma sociedad, después de 35 años, aún me emociono cuando me alargan y me dicen "muy bien", y también me preocupa y me lleno de ansiedad el no saber si lo estoy haciendo bien... 🤔 Eso he sentido últimamente, justamente ahora que soy madre primeriza, he sentido temor a equivocarme y que el bebé sufra las consecuencias ...
ResponderEliminarMe parece muy acertada esta forma de alentar y motivar a los niños, que además debe incrementar su autoestima
ResponderEliminarSin tener mucho conocimiento trato a mi hija de maneta muy amable, pq es lo que he recibido de niña ,sobre todo de mi padre.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el post, pero coincido que cuando esto no es lo ue te han dado cuesta mas darlo. Hay que hacer un esfuerzo nuy grandr y el sentimiento de culpa bloquea mucho...
ResponderEliminarComparto todo lo que dices, pero ¿Por qué es tan difícil llevarlo a cabo? A veces soy consciente de que no lo hago bien y sé (en teoria) cómo debería hacerlo, pero me cuesta. En algunas ocasiones creo que ello se debe a que tengo trillizos y que quizás si tuviese uno solo sería más sencillo, pero dudo que en realidad ese sea el motivo.
ResponderEliminarYo tengo mellizos y muchas veces pienso como tú, que al ser dos niños (en tu caso 3...) de la misma edad, con las mismas necesidades y casi el mismo nivel de desarrollo, la cosa de complica. Leo muchos artículos con consejos que me parecen maravillosos pero que al ponerlos en la práctica me encuentro con la dificultad añadida de que son dos niños. Lo único que me ayuda es pensar que se trata de un reto más, de agudizar un poco más el ingenio y de hilar más fino, pero la base es la misma y el consejo, a la larga, se puede aplicar igual (o no, ojo que cada niño y familia es un mundo).
EliminarYo tengo trillizos y me esfuerzo para aplicar la crianza respetuosa. Dicho esfuerzo se hace complicado de llevar sobre todo cuando uno fue criado de otra manera, pero me alegro dedempezar a ver los frutos. Con amor, paciencia y sobre todo respeto hacia nuestros hijos lo lograremos.
ResponderEliminarLeyendo el post me acordé de algo que me quedo grabado, mí sobrino no escribía casi nada en clase y cuando le pedí su cuaderno para verlo no me quería mostrar xq su maestra le había pegado muchas caritas tristes, me partió el corazón
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