A veces, desde el blog, puede dar la impresión de que nuestra vida es siempre color de rosa. Que todo va sobre ruedas y no es así. Detrás hay muchos problemas que prefiero no compartir, porque problemas tenemos todos, y lo último que quiero es transmitir pena, negatividad o desánimo.
Esto es pequefelicidad. Cuando tengo un día de mierda (o una temporada de mierda, como hemos tenido últimamente) siempre trato de concentrarme en esas pequeñas cosas que dan sentido a los días, que nos pueden hacer sonreir. Si saco a diario la cara B de la maternidad esto sería pequeproblemas...