Hoy tengo el placer de presentarte a Miriam Escacena. Conocí a Miriam en nuestra formación Montessori como guías. Es una de esas personas que nada más conocerla sabes que desprenden vida y entusiasmo. Miriam es fundadora de la asociación de crianza “Entre Nubes”, Educadora de Masaje Infantil por la organización internacional IAIM, instructora de lengua de signos para bebés, instructora de porteo, formadora de La Pedagogía Blanca y actualmente se está formando también como Guía Montessori de Comunidad Infantil.
Hoy,para continuar con la semana del bebé nos habla del maravilloso pode del tacto y el vínculo afectivo con el bebé
El maravilloso poder del tacto y el
vínculo afectivo con el bebé
Querid@s
amig@s,
Estoy
encantada de participar en este precioso proyecto de Marta y muy feliz de poder abrir este espacio de colaboración para tratar temas de infancia y
educación.
Cuando
leí el post de Peque Felicidad en el que nos hablaba
de que iba a lanzarse con la #lasemanadelbebé algo en mi interior me dijo que tenía
que poner mi granito de arena en este hermosa iniciativa, ¡espero que os guste!
El increíble poder del tacto
Me
gustaría comenzar el primero de mis artículos hablando del vínculo afectivo, alrededor del cual se centra todo mi trabajo, y muy
concretamente de cómo podemos fomentarlo
a través de la piel.
Como
punto de partida para comprender todo os invito a reflexionar sobre una de las
mayores diferencias de los bebés humanos en comparación con otras especies de
mamíferos: nosotros nacemos sin
completar nuestro desarrollo, y esto tiene razones fisiológicas.
Debido
a la evolución de nuestro cerebro necesitamos un tamaño de cráneo muy grande
para poder albergarlo, pero si siguiera creciendo todo lo que necesita dentro
del útero no podría pasar por el canal del parto. Por esta razón, el
crecimiento debe completarse fuera, durante un periodo en el que el bebé es
totalmente dependiente de sus progenitores: la extereogestación. Muchas veces se habla de que un embarazo son 9 meses dentro
del útero más 9 meses fuera. Tan necesarios los primeros como los
segundos, (sobre este tema recomiendo leer este maravilloso artículo de Elizabeth Antunovic, en su versión original en inglés o en esta traducida al español por Kangura).
Nils Bergman, prestigioso neonatólogo de Ciudad del Cabo
(Sudáfrica) y una de las figuras más relevantes en el campo de los cuidados
madre canguro, habla de la
importancia de los 1000 primeros minutos tras el nacimiento, únicos e irrecuperables,
periodo durante el cual se consolida lo que él llama “bonding” o diada
madre bebé, de ahí la importancia de todo lo que hablaba Marta en su
post sobre tener un embarazo consciente
y parto respetado.
En
la web de Nils Bergman pueden encontrarse
numerosos artículos con evidencias científicas de los beneficios del contacto piel con piel tras el nacimiento así
como las últimas investigaciones en el campo de la neurociencia.
Pero
más allá de la experiencia de parto que tengamos con nuestros hijos, que a
veces puede no haber evolucionado como habíamos imaginado o incluso resultar
algo traumática, me gustaría aportar un
poquito de luz pensando en todo lo que si podemos hacer después.
Una vez que el bebé
llega al mundo tiene una gran tarea por desarrollar: formar toda su estructura cerebral, creado sus neuronas y sus
sinapsis (hasta 1 millón por minuto durante el primer año).
Y
en este periodo tan importante hay algo que es capaz de sacar el máximo partido
a su desarrollo: el olor, el contacto, la mirada y la voz de su madre. Por eso el
bebé al nacer reclama su “nuevo hábitat”, que no es otro que
el regazo del cuerpo que le ha dado la vida, quien le provee de nutrición, protección
y estímulo.
Si
tenemos claro que para el recién nacido la
necesidad de afecto es tan importante como el comer, fácilmente podremos
encontrar herramientas para ofrecer esa nutrición afectiva a nuestro bebé: el
porteo y el masaje pueden regalarnos momentos mágicos e inolvidables y fomentar
además el establecimiento del vínculo
afectivo con el papá.
Porque “la piel es el primer lenguaje”
En
mi experiencia personal como madre recuerdo que tuve la oportunidad de
descubrir el Masaje Infantil con mi
hija mayor y es algo que recuerdo con gran cariño. Pero sin duda lo que más me
impactó es que cuando decidí formarme como Educadora y estaba preparándome para
obtener la certificación comencé a practicar de nuevo con ella los movimientos
del masaje y quedé fascinada cuando me di cuenta de que recordaba las canciones
que le cantábamos con apenas cuatro meses, ¡y tenía ya cuatro años!
El
sentido del tacto es básico para nuestra supervivencia. Podríamos vivir
careciendo de alguno de los otros cuatro, siendo ciegos, sordos o sin tener
gusto u olfato, pero tal es imposible
vivir sin las funciones que desempeña la piel, (no sentiríamos presión,
dolor, placer, frío, calor.. en definitiva, no funcionaría nuestro sistema de
protección).
Tal y como dice la Asociación de Masaje Infantil, la piel es el
primer modo de comunicación del bebé. Es
el órgano más grande de nuestro cuerpo y a
través de él pueden cubrirse las
necesidades básicas del bebé como el amor, calor, apego, soporte y contención.
Además, las experiencias táctiles son básicas para el desarrollo del bebé y decisivas
para todo el aprendizaje posterior.
En
nuestra mano está vivir una de las experiencias más maravillosas para ayudar al
bebé a descubrir su propio cuerpo y establecer un vínculo de unión mágico en la
familia.
En
próximos artículos te cuento más..
¡Te
espero en los comentarios!
Miriam Escacena
La puedes encontrar en:
Y si lo deseas también te puedes suscribir a su blog aquí:
Miriam está colaborando en la campaña
de crowdfunding del Documental Parto Respetado de Laura
Mascaró, ofreciendo
algunas plazas en sus nuevos cursos. Si quieres echar un vistazo a este proyecto
tan bonito y con fines tan necesarios te invito a que leas su web o en la de la propia campaña:
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Miriam me ha encantado todo lo que has explicado. Aún hay muchas personas que no lo saben y es imprescindible seguir informando.
ResponderEliminarGracias por el post Marta!
Un abrazo a las dos
Muchísimas gracias por tu comentario, y a Marta también por haberme dado un espacio en su maravilloso blog que tanto admiro!
ResponderEliminarQué interesante la verdad. Realmente estoy de acuerdo, y no solo con el bebé... Es increíble como después de un día malo, una simple caricia de mi pequeño o de mi marido, me hacen sentir inmediatamente mejor. El poder del tacto!
ResponderEliminarFeliz día!