Hace unos días compartí en facebook una frase que decía:
No existe niño difícil. Lo difícil es ser niño en este mundo de gente cansada, ocupada, sin paciencia y con prisa.
Algunas madres me han escrito preocupadas y culpabilizadas por no saber gestionar situaciones "difíciles" con sus hijos. Uno de los grandes problemas ante los desafíos diarios de la crianza es que perdemos los nervios con facilidad. Nuestra paciencia escasea y eso nos empuja a gritar, a decir cosas que no pensamos, hablar sin respeto a los niños...
La Dra. María Montessori dice en uno de sus libros (El niño) que uno de los grandes retos de un guía Montessori es, precisamente, aprender a controlar su ira.
¿A qué tipo de situaciones difíciles me refiero?
Actitudes aparentemente desafiantes del niño como por ejemplo: El peque se suelta y se escapa corriendo, el niño tira un espejo, pinta en un mueble, grita y no para de moverse en un lugar tranquilo en el que se requiere silencio, nos habla mal en público, se pone fuera de sí en un momento delicado...
Estos son sólo algunos ejemplos de las innumerables situaciones que podrían darse cualquier día habitual en una familia. Me atrevería a decir que, incluso, son situaciones NORMALES.
¿Por qué se producen estas situaciones complicadas?
La mayoría de las veces se producen porque no estamos respetando (directa o indirectamente) las necesidades del niño. Es difícil compaginar las necesidades de un niño con nuestras propias necesidades. El mundo adulto tiene un mal llamado "necesititis". Creemos que necesitamos una casa limpia, un coche lujoso, necesitamos un trabajo de prestigio, tener la nevera a tope, necesitamos ropa moderna, necesitamos estar en las RRSS...
El problema es que esta "necesititis" nos aleja de lo esencial. Nos cuesta dar prioridad a nuestros hijos por encima de nuestras ocupaciones y nuestras necesidades ficticias.
Nos cuesta adaptarnos a su ritmo más lento, nos cuesta entender su necesidad de movimiento, su necesidad de aprender y experimentar las cosas por sí mismo.
Estas situaciones difíciles son, en muchas ocasiones, la consecuencia, (directa o indirecta) de no respetar las necesidades naturales del niño.
Te propongo un reto que te demostrará mucho a tí mismo como padre/madre:
Dedica un día completo a tu hijo. Por y para él: Esto conlleva apagar el móvil, hacer cosas juntos, centrar tu atención en él/ella, escucharle, responder a sus preguntas, y estar por y para él todo el día. Tu debes estar tranquilo, centrado en el niño/a, libre de otras ocupaciones y preocupaciones.
Si te centras en seguir al niño, verás como esas situaciones difíciles se minimizan. Esto no quiere decir que vayan a desaparecer pero sí se van a reducir en gran parte.
Ya, seguro que ahora estás pensando que es una utopía y que yo no voy a ir a hacer tus obligaciones diarias por tí. Efectivamente. Esto sólo es un reto para demostrarte a tí mismo que el problema no está en tu hijo/a, si no en nosotros mismos.
Hay rabietas inevitables por la falta de control de las propias emociones y situaciones que se producen incluso por accidente
¿Podemos prevenir estas situaciones complicadas que se dan en la crianza de un niño?
La respuesta es sí y no. Podemos prevenir algunas situaciones difíciles, pero no todas ¿Por qué?
1. Porque algunas se producen como consecuencia de que los niños no saben aún gestionar sus emociones.
2. Porque NO somos padres o madres perfectos. Somos seres humanos y nos podemos despistar, podemos tener un mal día, podemos bajar la guardia...
La buena noticia es que muchas de ellas pueden evitarse.
15 tips muy rapiditos para prevenir situaciones difíciles en el día a día de la crianza:
1. Aprende a priorizar, delegar y gestionar el tiempo que necesitas para otras tareas.
2. Evita el sueño y el hambre (son dos grandes aliados de las rabietas)
3. Crea rutinas y trata de dar autonomía al niño para seguirlas. Aprende cómo aquí
4. Haz con tu hijo a diario algo que le guste ¿Ya lo has hecho hoy? (cocinar, pintar, leer un cuento, cantar, construir, salir al parque...)
5. Hablale sobre las emociones, cómo nos hacen sentir... Te ayudarán algunos cuentos como estos
6. Da ejemplo con actitudes positivas y serenas ante situaciones complicadas.
7. No manipules su comportamiento con sobornos, chantajes, premios y/o castigos. Muestrale las consecuencias lógicas y naturales de sus actos.
8. Establece límites claros y concretos
9. No negativices sus acciones (No usen frase como estas: "siempre te portas mal, eres un niño desobediente, eres un caprichoso") y no abuses del NO (Esta palabra psicológicamente produce un rechazo en nuestro cerebro. Está demostrado científicamente)
10. Evita las prisas. Los niños siguen un ritmo slow y debemos aprender a respetarlo
11. Fomenta su autonomía: Deja que haga las cosas por sí mismo.
12. Crea un ambiente que le permita más libertad: Retira peligros, pon, por ejemplo, un escalón para que pueda lavarse las manos solito, un armario con ropa a su altura... En definitiva, se trata de que tenga libertad en su hogar y se sienta realizado.
13. Plantea al niño preguntas que le obliguen a tomar decisiones ¿Quieres comer carne o pescado? ¿Quieres ponerte esta gorra o ese sombrero? ¿Quieres jugar en este parque o en aquel?
14. Quiérele cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite.
4. Haz con tu hijo a diario algo que le guste ¿Ya lo has hecho hoy? (cocinar, pintar, leer un cuento, cantar, construir, salir al parque...)
5. Hablale sobre las emociones, cómo nos hacen sentir... Te ayudarán algunos cuentos como estos
6. Da ejemplo con actitudes positivas y serenas ante situaciones complicadas.
7. No manipules su comportamiento con sobornos, chantajes, premios y/o castigos. Muestrale las consecuencias lógicas y naturales de sus actos.
8. Establece límites claros y concretos
9. No negativices sus acciones (No usen frase como estas: "siempre te portas mal, eres un niño desobediente, eres un caprichoso") y no abuses del NO (Esta palabra psicológicamente produce un rechazo en nuestro cerebro. Está demostrado científicamente)
10. Evita las prisas. Los niños siguen un ritmo slow y debemos aprender a respetarlo
11. Fomenta su autonomía: Deja que haga las cosas por sí mismo.
12. Crea un ambiente que le permita más libertad: Retira peligros, pon, por ejemplo, un escalón para que pueda lavarse las manos solito, un armario con ropa a su altura... En definitiva, se trata de que tenga libertad en su hogar y se sienta realizado.
13. Plantea al niño preguntas que le obliguen a tomar decisiones ¿Quieres comer carne o pescado? ¿Quieres ponerte esta gorra o ese sombrero? ¿Quieres jugar en este parque o en aquel?
14. Quiérele cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite.
¿Cómo controlar nuestra ira para gestionar situaciones difíciles con los niños?
Esto es uno de los grandes retos que tenemos como padres. Cuando todo fluye (en milagrosas ocasiones) nos venimos arriba y hasta nos suena musiquita celestial de fondo y vemos corazones. Pero cuando el día se tuerce aparecen los grandes desafíos para unos padres que estamos hasta arriba con la casa, el trabajo, la colada, la comida y la casa que parece la zona 0 del huracán Mitch.
¿Por qué nos resulta tan difícil controlar la ira en estos momentos? (Refresca la primera frase del post) Estamos agotados, nos sentimos infelices, agobiados, saturados, frustados, culpables, y además puede que a nosotros de niños nos hayan tratado así, por lo que es una respuesta que llevamos interiorizada... Es fácil descargar nuestra ira con alguien que sabemos que nos profesa amor incondicional por más que le gritemos; El niño.
Te propongo 6 técnicas que te ayudarán a controlar tu ira en esos momentos complicados de la crianza:
1. Haz visualizaciones:
Toma unos minutos diariamente para visualizarte respondiendo de forma calmada ante una rabieta o una situación de tensión. Trata de imaginarlo de la forma más precisa y detallada. Imaginate cómo alientas y respetas a tu hijo de forma tranquila y sosegada durante una rabieta, o en una situación difícil. (Imagina que le hablas a su altura, mirándole a los ojos, que esperas paciente a que se tranquilice...). Este ejercicio es un entrenamiento que te ayudará a estar preparada para el partido.
Esta técnica la utilizan algunos grandes deportistas para mejorar su rendimiento y sus resultados son sorprendentes.
2. Cultiva tu bienestar y fortaleza emocional:
La psicología cognitiva creo que es una de las mejores terapias. No se trata de convencernos de que todo en la vida es de color de rosa. Si no de que podemos ser felices a pesar de las dificultades. Miles de personas con más problemas que los nuestros lo son ¿Por qué no nosotros? Hay personas que sufren un accidente grave y aprovechan para superarse a sí mismos, aprenden a valorar más los pequeños detalles del día a día, hacen cosas útiles por los demás, fundan una asociación, se lanzan a hacer deporte, y aprenden a vivir felices a pesar de su problema. No puedo más que recomendarte tres libros maravillosos sobre los que ya te he hablado en otras ocasiones y que para mí han sido un auténtico tesoro y apoyo. Son los libros del famoso psicólogo Rafael Santandreu.
Te dejo los tres títulos. Si pinchas en los títulos puedes ir amazon y comprar directamente.
EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA
LAS GAFAS DE LA FELICIDAD
SER FELIZ EN ALASKA: MENTES FUERTES CONTRA VIENTO Y MAREA
Prometo hablarte con más calma sobre ellos porque creo que merecen un post. No son libros de crianza pero nos pueden ayudar tanto...
3. Dedicate algo de tiempo a ti mismo/a:
Bueno y esto lo dice la que llevaba el pelo por la cintura porque no había podido ir a la peluquería en los últimos dos años... (consejos vendo que para mí no tengo).
Este año pudimos hacer un viaje mi marido y yo a solas (la primera vez que nos separabamos del peque más de unas horas). Lo hicimos en un momento complicado por ciertas circunstancias pero fue tan gratificante...
Ciertamente estábamos en el viaje como si nos faltara una pierna sin nuestro Rayito, pero realmente cuando volví supe que lo necesitaba.
Las madres nos sentimos culpables si nos separamos un minuto de nuestros hijos, porque no nos queremos perder nada. Pero muchas veces deberíamos sentirnos más culpables por estar todo el tiempo sin estar.
Quizá vale más buscar media hora al día para ti y estar el resto del día más consciente, más atenta, más presente... ¿no crees? Delega y cuida tu salud física y emocional dedicando algo de tiempo para ti. (No hace falta que sea mucho, bastará con ALGO)
Practica la relajación, entrena el autocontrol, medita. Ya te he comentado en varias ocasiones que el mindfulness es un tipo de meditación que nos ayuda a estar más serenos y conscientes y viene muy bien como técnica de apoyo para una crianza consciente. Puedes profundizar sobre este tipo de meditación aquí
Deporte, una sesión de spa o de belleza, un hobbie... Algo que te guste y te sirva para desconectar y reconectar...
4. Piensa cuánto quieres a esa personita
Piensa cuánto quieres a esa personita y repítete a ti mismo que vas a ayudarle. ¿Están satisfechas todas sus necesidades? ¿Le estoy dedicando suficiente atención? ¿Me comunico con él con el respeto que le tendría a un adulto?
La forma en que gestiones esas situaciones, condicionará su actitud adulta ante los problemas.
5. Antes de estallar con el niño delega, respira y vuelve más serena/o
Hay veces que sentimos que no somos dueños de nosotros mismos y no somos capaces de ver las cosas con objetividad y claridad.
Esos sentimientos oscuros nos llevan a demonizar en nuestra mente al niño. A veces influye la presión social ("le deja hacer lo que le da la gana", "conmigo ese niño estaba más firme que una vela" "Que niño más maleducado"...).
Cuando sentimos que necesitamos un respiro es mejor delegar en alguien que esté más relajado y preparado para afrontar la situación de forma objetiva; por ejemplo; nuestra pareja.
Cuando durante el día ha habido varias situaciones difíciles, en nuestra mente vamos construyendo una serie de pensamientos y cuestiones sobre nuestro tipo de crianza. Nos cuestionamos a nosotros mismos, cuestionamos nuestros Métodos, dudamos de nuestra forma de crianza...
Estos pensamientos son los que debemos desmontar en nuestra mente con argumentos racionales.
Los niños tratados con respeto aprenden respeto, crecen más sanos emocionalmente, aprenden a ser positivos, a ser empáticos, y aprenden a gestionar situaciones difíciles.
Puede ayudarte pensar al final de la jornada en las situaciones complicadas que habéis vivido durante el día, piensa en cómo las has resuelto y qué podrías haber hecho para afrontarlas de forma más serena y respetuosa.
6. Trata de entender cómo funciona el desarrollo del niño.
Si los padres estuviésemos informados de cuáles son las necesidades naturales de los niños aprenderíamos a responder mucho mejor ante ellas. Conocer a tu hijo te ayudará a guiarle y acompañarle en esos momentos más complicados.
Nuestros hijos son las personas a las que más queremos. Debemos ayudarles a ser adultos sanos a nivel emocional y tratar de ser nuestra mejor versión. La maternidad es agotadora pero preciosa, dura pero feliz, absorbente pero motivadora. Es un reto diario para mejorar y crecer como seres humanos. Un desafío para aprender a ser más humildes, aprender a pedir perdón cuando nos equivocamos y gritamos...
La maternidad/paternidad es un momento perfecto para ser mejores, aprender a ser más felices, aprender que la vida es cambio constante. Estas situaciones difíciles suceden a diario en mi hogar, y en el de mi vecino, y probablemente también en el tuyo.
Yo no soy mejor madre que tu, ni más perfecta. Pierdo los nervios, grito a veces, me culpabilizo, me frustro, me agobio... Y vivo situaciones difícilesa veces frecuentemente a diario.
Hoy venía caminando por la calle de camino a casa con 33 grados, carrito de una mano, niño agarrado al carrito y bolsas de otra. Segundos antes de pasar por unos grandes almacenes mi hijo se escapó corriendo y tuve que correr detrás desesperada porque pensaba que un coche le pillaría. Le llamaba desesperada y él corría más rápido y se reía, incluso cruzó un paso de cebra corriendo. Mientras, yo me desgañitaba corriendo detrás de él impotente, pálida, pensando en el peor desenlace. Una madre que tuvo que soportar las miradas de los que me veían correr, miradas de pena, de lástima, de "no sabe controlar a su hijo"... Una madre que cuando por fin lo tuvo consigo le gritó, le riñó con toda su ira e impotencia mientras él se tiraba al suelo con una rabieta monumental, trataba de pegarme y me llamaba "mala". En frente nuestro, una señora se reía de la situación . De una situación que a mi me había producido la mayor de las angustias hace medio minuto, que me estaba produciendo agobio, frustración y ganas de llorar...
Soy humana, pero pido perdón a mi hijo, como me gustaría que lo hiciesen conmigo. Trato de poner remedios, de buscar mi calma, de mejorar. No siempre lo consigo pero se que me hijo valorará el esfuerzo mañana.
A los pocos segundos cuando por fin recuperé el color después del susto y me tranquilicé respirando, él todavía seguía con su rabieta.
Primero me puse a su lado a su altura, me olvidé de la señora y le miré "¿Estás bien? Me he puesto nerviosa porque pensé que podría haberte pillado un coche. Siento haberme puesto así pero no puedes correr así por una calle donde hay coches porque algo podría pasarte". El niño comenzó a llorar pero sin rabia...
Nos abrazamos, y rápidamente cambié de tema para distraerle. Al llegar a casa hablamos de lo ocurrido y nos pedimos perdón...
¿Por qué nos resulta tan difícil controlar la ira en estos momentos? (Refresca la primera frase del post) Estamos agotados, nos sentimos infelices, agobiados, saturados, frustados, culpables, y además puede que a nosotros de niños nos hayan tratado así, por lo que es una respuesta que llevamos interiorizada... Es fácil descargar nuestra ira con alguien que sabemos que nos profesa amor incondicional por más que le gritemos; El niño.
Te propongo 6 técnicas que te ayudarán a controlar tu ira en esos momentos complicados de la crianza:
1. Haz visualizaciones:
Toma unos minutos diariamente para visualizarte respondiendo de forma calmada ante una rabieta o una situación de tensión. Trata de imaginarlo de la forma más precisa y detallada. Imaginate cómo alientas y respetas a tu hijo de forma tranquila y sosegada durante una rabieta, o en una situación difícil. (Imagina que le hablas a su altura, mirándole a los ojos, que esperas paciente a que se tranquilice...). Este ejercicio es un entrenamiento que te ayudará a estar preparada para el partido.
Esta técnica la utilizan algunos grandes deportistas para mejorar su rendimiento y sus resultados son sorprendentes.
2. Cultiva tu bienestar y fortaleza emocional:
La psicología cognitiva creo que es una de las mejores terapias. No se trata de convencernos de que todo en la vida es de color de rosa. Si no de que podemos ser felices a pesar de las dificultades. Miles de personas con más problemas que los nuestros lo son ¿Por qué no nosotros? Hay personas que sufren un accidente grave y aprovechan para superarse a sí mismos, aprenden a valorar más los pequeños detalles del día a día, hacen cosas útiles por los demás, fundan una asociación, se lanzan a hacer deporte, y aprenden a vivir felices a pesar de su problema. No puedo más que recomendarte tres libros maravillosos sobre los que ya te he hablado en otras ocasiones y que para mí han sido un auténtico tesoro y apoyo. Son los libros del famoso psicólogo Rafael Santandreu.
Te dejo los tres títulos. Si pinchas en los títulos puedes ir amazon y comprar directamente.
EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA
LAS GAFAS DE LA FELICIDAD
SER FELIZ EN ALASKA: MENTES FUERTES CONTRA VIENTO Y MAREA
Prometo hablarte con más calma sobre ellos porque creo que merecen un post. No son libros de crianza pero nos pueden ayudar tanto...
3. Dedicate algo de tiempo a ti mismo/a:
Bueno y esto lo dice la que llevaba el pelo por la cintura porque no había podido ir a la peluquería en los últimos dos años... (consejos vendo que para mí no tengo).
Este año pudimos hacer un viaje mi marido y yo a solas (la primera vez que nos separabamos del peque más de unas horas). Lo hicimos en un momento complicado por ciertas circunstancias pero fue tan gratificante...
Ciertamente estábamos en el viaje como si nos faltara una pierna sin nuestro Rayito, pero realmente cuando volví supe que lo necesitaba.
Las madres nos sentimos culpables si nos separamos un minuto de nuestros hijos, porque no nos queremos perder nada. Pero muchas veces deberíamos sentirnos más culpables por estar todo el tiempo sin estar.
Quizá vale más buscar media hora al día para ti y estar el resto del día más consciente, más atenta, más presente... ¿no crees? Delega y cuida tu salud física y emocional dedicando algo de tiempo para ti. (No hace falta que sea mucho, bastará con ALGO)
Practica la relajación, entrena el autocontrol, medita. Ya te he comentado en varias ocasiones que el mindfulness es un tipo de meditación que nos ayuda a estar más serenos y conscientes y viene muy bien como técnica de apoyo para una crianza consciente. Puedes profundizar sobre este tipo de meditación aquí
Deporte, una sesión de spa o de belleza, un hobbie... Algo que te guste y te sirva para desconectar y reconectar...
4. Piensa cuánto quieres a esa personita
Piensa cuánto quieres a esa personita y repítete a ti mismo que vas a ayudarle. ¿Están satisfechas todas sus necesidades? ¿Le estoy dedicando suficiente atención? ¿Me comunico con él con el respeto que le tendría a un adulto?
La forma en que gestiones esas situaciones, condicionará su actitud adulta ante los problemas.
5. Antes de estallar con el niño delega, respira y vuelve más serena/o
Hay veces que sentimos que no somos dueños de nosotros mismos y no somos capaces de ver las cosas con objetividad y claridad.
Esos sentimientos oscuros nos llevan a demonizar en nuestra mente al niño. A veces influye la presión social ("le deja hacer lo que le da la gana", "conmigo ese niño estaba más firme que una vela" "Que niño más maleducado"...).
Cuando sentimos que necesitamos un respiro es mejor delegar en alguien que esté más relajado y preparado para afrontar la situación de forma objetiva; por ejemplo; nuestra pareja.
Cuando durante el día ha habido varias situaciones difíciles, en nuestra mente vamos construyendo una serie de pensamientos y cuestiones sobre nuestro tipo de crianza. Nos cuestionamos a nosotros mismos, cuestionamos nuestros Métodos, dudamos de nuestra forma de crianza...
Estos pensamientos son los que debemos desmontar en nuestra mente con argumentos racionales.
Los niños tratados con respeto aprenden respeto, crecen más sanos emocionalmente, aprenden a ser positivos, a ser empáticos, y aprenden a gestionar situaciones difíciles.
Puede ayudarte pensar al final de la jornada en las situaciones complicadas que habéis vivido durante el día, piensa en cómo las has resuelto y qué podrías haber hecho para afrontarlas de forma más serena y respetuosa.
6. Trata de entender cómo funciona el desarrollo del niño.
Si los padres estuviésemos informados de cuáles son las necesidades naturales de los niños aprenderíamos a responder mucho mejor ante ellas. Conocer a tu hijo te ayudará a guiarle y acompañarle en esos momentos más complicados.
- Un niño necesita moverse
- Un niño necesita conocer el mundo a través de sus sentidos
- Un niño necesita amor y contacto
- Un niño necesita autonomía
- Un niño necesita dormir lo suficiente
- Un niño necesita estar bien alimentado
- Un niño necesita límites
- Un niño necesita libertad
- Un niño necesita un ambiente preparado a su medida
- Un niño necesita a alguien que le guíe desde el respeto y la empatía
- Un niño necesita ejemplo
- Un niño necesita SER NIÑO
Nuestros hijos son las personas a las que más queremos. Debemos ayudarles a ser adultos sanos a nivel emocional y tratar de ser nuestra mejor versión. La maternidad es agotadora pero preciosa, dura pero feliz, absorbente pero motivadora. Es un reto diario para mejorar y crecer como seres humanos. Un desafío para aprender a ser más humildes, aprender a pedir perdón cuando nos equivocamos y gritamos...
La maternidad/paternidad es un momento perfecto para ser mejores, aprender a ser más felices, aprender que la vida es cambio constante. Estas situaciones difíciles suceden a diario en mi hogar, y en el de mi vecino, y probablemente también en el tuyo.
Es un error pensar que debemos ser madres o padres perfectos, yo no lo soy, nadie lo es
Yo no soy mejor madre que tu, ni más perfecta. Pierdo los nervios, grito a veces, me culpabilizo, me frustro, me agobio... Y vivo situaciones difíciles
Hoy venía caminando por la calle de camino a casa con 33 grados, carrito de una mano, niño agarrado al carrito y bolsas de otra. Segundos antes de pasar por unos grandes almacenes mi hijo se escapó corriendo y tuve que correr detrás desesperada porque pensaba que un coche le pillaría. Le llamaba desesperada y él corría más rápido y se reía, incluso cruzó un paso de cebra corriendo. Mientras, yo me desgañitaba corriendo detrás de él impotente, pálida, pensando en el peor desenlace. Una madre que tuvo que soportar las miradas de los que me veían correr, miradas de pena, de lástima, de "no sabe controlar a su hijo"... Una madre que cuando por fin lo tuvo consigo le gritó, le riñó con toda su ira e impotencia mientras él se tiraba al suelo con una rabieta monumental, trataba de pegarme y me llamaba "mala". En frente nuestro, una señora se reía de la situación . De una situación que a mi me había producido la mayor de las angustias hace medio minuto, que me estaba produciendo agobio, frustración y ganas de llorar...
Soy humana, pero pido perdón a mi hijo, como me gustaría que lo hiciesen conmigo. Trato de poner remedios, de buscar mi calma, de mejorar. No siempre lo consigo pero se que me hijo valorará el esfuerzo mañana.
A los pocos segundos cuando por fin recuperé el color después del susto y me tranquilicé respirando, él todavía seguía con su rabieta.
Primero me puse a su lado a su altura, me olvidé de la señora y le miré "¿Estás bien? Me he puesto nerviosa porque pensé que podría haberte pillado un coche. Siento haberme puesto así pero no puedes correr así por una calle donde hay coches porque algo podría pasarte". El niño comenzó a llorar pero sin rabia...
Nos abrazamos, y rápidamente cambié de tema para distraerle. Al llegar a casa hablamos de lo ocurrido y nos pedimos perdón...
SOMOS MADRES, SOMOS HUMANAS. NO SOMOS PERFECTAS. APROVECHEMOS LOS DESAFÍOS DE LA MATERNIDAD PARA CRECER COMO PERSONAS
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POR FA
¿Cómo respondes ante situaciones difíciles en la crianza? ¿Cómo controlas tu ira? ¿Has tenido alguna situación de este tipo? ¿Cómo lo has resuelto?
Buen post, muy identificada con muchas cosas, contenta de saber que ya hago varios de tus consejos y tendré que ver los demás, porque a pesar de todo tengo días/momentos/avecessemanas en los que mis tecnicas fallan, quizá por saturación ;-) Un abrazo!
ResponderEliminarSomos humanos. Es normal tener momentos de debilidad, lo importante es aprender y saber rectificar
EliminarMuchas gracias por compartir tu trabajo.
ResponderEliminarGracias Mariana!!
Eliminarmuchas gracias... hace poco que descubrí tu pagina y estoy fascinada... cada ratito que tengo te leo... este blog hoy me hizo emocionar ... me siento identificada con algunas cosas que decís.... es bueno saber que esto de la maternidad es un camino a construir día a día y que el aprendizaje es reciproco con nuestros hijos..... infinitamente gracias
EliminarMuchas gracias, creo que das muy buenas pautas para ayudarnos en esos "momentos criticos" y que nos pueden ayudar mucho en este camino. Con el único punto que puedo estar un poco en desacuerdo es con "que sean nuestra mejor versión" creo q deberían ser la mejor versión de si mismos.
ResponderEliminarUn saludo, por cierto tengo el libro de Las gafas de la felicidad en casa, lo compro mi marido, me has animado a leerlo ;)
Por supuesto. Quizá malinterpretaste. Los que debemos ser nuestra mejor versión somos nosotros. Cada niño será único y genuíno. Nunca debe ser una versión de sus padres.
EliminarMuchas gracias, creo que das muy buenas pautas para ayudarnos en esos "momentos criticos" y que nos pueden ayudar mucho en este camino. Con el único punto que puedo estar un poco en desacuerdo es con "que sean nuestra mejor versión" creo q deberían ser la mejor versión de si mismos.
ResponderEliminarUn saludo, por cierto tengo el libro de Las gafas de la felicidad en casa, lo compro mi marido, me has animado a leerlo ;)
Enhorabuena por el post,muy enriquecedor.
ResponderEliminarEnhorabuena por el post,muy enriquecedor.
ResponderEliminarMil gracias Tania
EliminarUn post muy interesante. Debo reconocer que alguna vez me he desesperaso con mi hija pero aún es pequeña y con los que más he tenido que usar técnicas de relajación son mis alumnos. He de confesar que unas veces funcionan mejor que otras aunque claro, la situación tampoco es la misma que con tus propios hijos.
ResponderEliminarCon nuestros hijos creo que es incluso más difícil porque perdemos ese punto de objetividad que nos da ver la situación desde fuera
EliminarCon nuestros hijos creo que es incluso más difícil porque perdemos ese punto de objetividad que nos da ver la situación desde fuera
EliminarQuien dijo que era fácil bien criar hijos??
ResponderEliminar;)
EliminarMuy buena reflexión , bien explicada y muy clarita. Me encanta tu página y te leo siempre. De acuerdo en lo que dices. Lo más importante que yo me repito cada día es "sigue al niño, respétalo"
ResponderEliminarMuchas gracias, me encanta seguirte y me siento muy identificada, este post me llega en el mejor momento.
ResponderEliminarMe encanta leerte, no sólo por las ideas para trabajar con los peques que compartes...Sigo muchos blogs de crianza y de pedagogías alternativas con post muy valiosos, pero tu escribes desde el corazón y consigues llegar al mío...me emocionas Marta. No dudes nunca entre escribirnos o estar con tu peque...a nosotros que nos de "viento a la farola" un rato...seguiremos estando cuando vuelvas...Muuuuuuaaaaaaah
ResponderEliminarFelicidades!!
ResponderEliminarTodos los que tenemos hijos sabemos lo difícil que resulta a veces sobrellevar estas situaciones.
Un abrazo.
Cómo siempre, tienes toda la razón. Es algo que me cuesta, pero cada vez (creo) lo hagoun poquito mejor. A veces hay situaciones días difíciles ... Pero esono justifica que no hagamos bien las cosas.
ResponderEliminarHe intentado lo de la meditación en plan autodidacta y no me ha salido muy bien. En noviembre me he apuntado a un curso de gestionar el estrés y meditación (es del trabajo, pero creo que me vendrá bien en el plano personal)
Gracias por compartir tus experiencias!
Feliz día
Mil gracias por las explicaciones, han aclarado mis pensamiento, aunque varias cosas si las he practicado, sin embargo muchas veces he perdido la paciencia, pero ahora entiendo de mejor manera como tratar a mi hijo
ResponderEliminarMe ha encantado el post! Super completo y muy útiles las pautas. A mi la verdad que hay una situación que últimamente me resulta muy difícil de gestionar y es cuando mi hija (2años) muestra conductas agresivas con otros niños. Intento reconducir, acompañar y ser modelo de comportamiento para ella, pero me cuesta controlar la rabia e impotencia que me genera que empuje a otros niños sin motivo aparente, que muerda o que arañe... Y a veces me siento sobrepasada! Y sobre todo impotente, se que es una racha, se que pasará, pero nose como ayudarla. Gracias por tu blog!
ResponderEliminarMe ha encantado el post! Super completo y muy útiles las pautas. A mi la verdad que hay una situación que últimamente me resulta muy difícil de gestionar y es cuando mi hija (2años) muestra conductas agresivas con otros niños. Intento reconducir, acompañar y ser modelo de comportamiento para ella, pero me cuesta controlar la rabia e impotencia que me genera que empuje a otros niños sin motivo aparente, que muerda o que arañe... Y a veces me siento sobrepasada! Y sobre todo impotente, se que es una racha, se que pasará, pero nose como ayudarla. Gracias por tu blog!
ResponderEliminarHola! Me ha encantado tu entrada y saber que has leído a Rafael Santandreu y te ha servido de apoyo. Me gustaría compartir contigo que la terapia que utiliza, la Racional Emotiva, ha supuesto un cambio fascinante en nuestra familia. Con el mismo propósito, de controlar mi ira en la crianza de mi hijo, decidí aprender esta terapia y durante meses la he conocido, aprendido y aplicado y los resultados han sido totalmente satisfactorios. Me encantará leer la entrada que hagas sobre los libros y saber cual es tu opinión!
ResponderEliminarGracias por transmitirnos tus pensamientos!!
Cómo hacer entender a mi hijo de dos años y medio lo importante que es cortarse las uñas de los pies? Es IMPOSIBLE. la forma en la que hace berrinche es exagerado y acaba casi privado. Hemos intentado hablar bien, mal, y no deja ni tocarse los pies. La última vez que lo hicimos, le di un par de nalgadas y le grité. Me sentí terrible después, perdí el control... Pero pude cortarle las uñas. No quiero el mismo drama cada vez que sea tiempo, qué debo hacer? Cómo debo hacerlo entender? Debo dejarlo solo en su cuarto "pensando" en lo que hace mientras llora a grito? Muchas cosas hemos intentado.
ResponderEliminarToda la información que compartes es muy buena... Me identifico mucho con éste post y creo que lo leí en el mejor momento; ya no me quiero sentir culpable ni pensar que soy la peor de la madres, lo que tengo que hacer es tratar de mejorar día a día y pregonar con mi buen ejemplo para que mi pequeña sea la persona maravillosa que siempre he tenido en mente que será... Gracias por compartir tus post y tus experiencias, Dios te bendiga.
ResponderEliminarAmo Pequefelicidad eres lo máximo mil gracias por todo tu apoyo y compartir este conocimeinto bendiciones y mil éxitos 😘
ResponderEliminarMuy útil, gran artículo!
ResponderEliminarMe chirría un poco la parte del final, cuando dices que se distrajo al niño, yo a veces lo hago, pero no puedo evitar percibirlo como una manera de hacer by-pass a emociones no deseadas, que opinas?
Gracias, muy útil
ResponderEliminarEsta noche ha sido bochornosa.
Tengo una bebé de 1mes y medio, todo me está resultando más difícil aún de lo que ya imaginaba y encima de todo el confinamiento. Es una locura con mi hija de 3 años y medio, ella está descontrolada y nosotros más.